Han pasado diez años desde el inicio de esta polémica entre Italia y China, o tal vez es mejor decir entre Piaggio y Zhejiang Zhongneng Industry Group.
El grupo italiano presentó una solicitud al Instituto de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo) para registrar la “señal tridimensional correspondiente a la forma de una scooter Vespa” para proteger su histórica scooter de imitaciones.
La solicitud fue aceptada y, en 2014, el diseño, o mejor dicho, la forma de la Vespa se convirtió en una marca registrada protegida para los productos “scooters” y “modelos reducidos de scooters”.
Los chinos de Zhejiang Zhongneng Industry Group, que en 2018 ingresaron directamente al mercado italiano al adquirir Moto Morini de Bolonia, presentaron una apelación para que la marca fuera cancelada y, en consecuencia, protegida.
En 2021, Euipo decidió a favor de los chinos, debido a la “falta de pruebas de distinción” de la forma de la Vespa y la consiguiente cancelación del registro de la marca (y de la propiedad intelectual de la señal tridimensional correspondiente a la forma de una scooter). Piaggio no se rinde y apela ante el Tribunal de Justicia de la UE.
Finalmente, el Tribunal dio la razón a Piaggio, declarando que la marca correspondiente a la forma de una scooter “Vespa” es reconocible en toda la UE, lo que anuló la decisión del Instituto de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo), responsable de la gestión de marcas, diseños y modelos de la UE.
El Tribunal decidió que una marca registrada de la UE no puede ser declarada nula si, a través del uso, ha adquirido carácter distintivo después del registro. Por lo tanto, la Vespa no puede ser imitada.
Desafortunadamente, esta decisión no ayudará en los numerosos casos de motos “imitadas/copiadas”, en su mayoría provenientes de China, que se informan casi semanalmente, involucrando marcas famosas, desde Honda hasta Ducati (¿recuerdas la Ducasu 400?), pasando por Harley-Davidson y Moto Guzzi. En estos casos, es difícil, si no imposible, presentar una demanda legal y la protección ofrecida por el registro de patentes es inestable y fácilmente evitable, a menos que se vaya demasiado lejos y se copie también la marca registrada de la empresa.