Tres años después, llegó a su fin el recorrido de Maverick Viñales con Aprilia en MotoGP. Y, a pesar de haber sido coronado con la primera victoria en la RS-GP, acabó quedándose por debajo de las expectativas y pretensiones.
La temporada comenzó bien para el español. A pesar del modesto décimo lugar en Qatar, fue fuerte en la siguiente ronda en Portimão, donde ganó la carrera Sprint y fue apartado de la posible victoria en la carrera principal por problemas técnicos.
Del cielo de Austin a la realidad
La reacción fue inmediata y, en Austin, Viñales dominó de forma clara: pole position, vuelta más rápida, victoria en la Sprint y victoria en la carrera principal (fue el único piloto no Ducati en lograrlo hasta el final del año).
La actuación en el GP de las Américas dejaba entrever que el español y Aprilia podrían, de hecho, ser serios competidores de Ducati en el campeonato. Pero eso no se verificó: en las 17 rondas que siguieron, dos quintos lugares fueron los mejores resultados en carreras principales.
La RS-GP parece haber estancado también en comparación con las demás motos, teniendo lagunas insuperables hasta el final de la temporada. Viñales, que entretanto vio confirmada su salida a Red Bull KTM Tech3, también parece no haber reaccionado de la mejor manera a los desempeños por debajo de lo esperado.
No obstante, logró ser varias veces el mejor piloto de Aprilia, lo que se destaca en la clasificación: quedó en séptimo con 27 puntos más que su compañero Aleix Espargaró (11.º). Queda la sensación de que podría haber hecho más, si todo le hubiera salido bien como en los Estados Unidos de América.
En cierto momento de la temporada, Viñales no ocultó su desánimo con los problemas y con el enfoque, sintiendo que era imposible hacer algo más como piloto. El rendimiento con el neumático medio en particular fue un condicionante, y después del GP de Gran Bretaña, el #12 dejó evidente su frustración: ‘Parece de alguna forma que hemos perdido el rumbo para ser competitivos’.
El punto fuerte
Cuando la oportunidad estuvo ahí, Maverick Viñales la agarró con ambas manos y ganó el GP de las Américas sin dejarse afectar por el ingrato abandono en Portugal. Un espíritu combativo, sin rendirse, que mostró varias veces a pesar de los problemas y dificultades.
El punto débil
Aunque no es imputable solo a Viñales, la inconsistencia y la incapacidad de mantener el ímpetu a lo largo de la temporada fue la gran laguna en 2024. El potencial estaba ahí, faltó encontrar formas de concretarlo.
El mejor momento
El GP de las Américas, con dos victorias, debe ser visto como el mejor momento de la temporada de Viñales. Fue, también, la culminación de los esfuerzos de alrededor de tres años, y el regreso al lugar más alto del podio después de muchas adversidades.
El peor momento
No elegimos solo un Gran Premio, sino una secuencia de dos – los GP de Aragón y de San Marino, en los cuales Viñales no puntuó en dos ocasiones consecutivas. Algo que no sucedía desde 2022, y que solo había ocurrido en otra ocasión antes.