Los Angeles Lakers pueden estar jugando “baloncesto poco inspirador”, pero gracias a los esfuerzos inquebrantables de LeBron James y Anthony Davis, el equipo se aferra a las esperanzas de postseason en una temporada turbulenta. A pesar de un irregular récord de 22-18 y la amenaza inminente del Torneo Play-In de la NBA, los Lakers siguen en la conversación de playoffs, demostrando que el poder estelar por sí solo puede mantener a un barco en dificultades a flote.
Estrellas bajo presión
LeBron James, un ícono en el ocaso de su ilustre carrera, no ha estado en la carrera por el MVP desde 2020. Anthony Davis, mientras tanto, está enfrentando el tramo final de su mejor momento. Ambos siguen siendo la columna vertebral de un equipo que no ha escapado de la primera ronda de los playoffs en tres de las cuatro temporadas desde su carrera por el campeonato en 2020. Aun así, su presencia en la cancha es la salvación de los Lakers, manteniéndolos competitivos en una liga que es más feroz que nunca.
Esta temporada, los defectos de los Lakers han sido evidentes. La dependencia del equipo en sus superestrellas envejecidas es innegable, ya que James y Davis promedian casi 35 minutos por partido. Incluso con estos esfuerzos hercúleos, los Lakers tienen una tasa de victorias de apenas el 55%, presentando un diferencial de puntos en el bottom-10—estadísticas que no gritan calidad de campeonato.
La crítica de The Athletic: Una base frágil
En las últimas clasificaciones de poder de The Athletic, los Lakers subieron del 16º al 12º lugar después de una semana de 2-1, una mejora pequeña pero notable. Sin embargo, como escribió Law Murray, su juego poco inspirado deja poco margen para el error. El entrenador en jefe JJ Redick y LeBron James han expresado preocupaciones sobre los márgenes extremadamente estrechos del equipo. En pocas palabras, sin James y Davis, este equipo no solo tendría dificultades; colapsaría.
Los rumores de intercambio y el posible renacimiento
A medida que se acerca la fecha límite de intercambios, los aficionados claman por acción. Las solicitudes para sacudir la plantilla—o incluso separarse de Redick—se han vuelto más fuertes. Sin embargo, la historia muestra que cuando LeBron James llega a los playoffs, cualquier cosa puede suceder. Los Lakers no están desprovistos de talento, y incluso un pequeño ajuste en la plantilla podría desbloquear un potencial no aprovechado. Una chispa en el momento adecuado podría transformarlos de contendientes mediocres a amenazas legítimas.
Apostando por la grandeza
La dura verdad es que James y Davis no son los gigantes del MVP que solían ser, pero su estatus como dos de los 15 mejores jugadores de la NBA es indiscutible. Si los Lakers pueden ajustar su defensa, asegurar mejores contribuciones del banquillo y posiblemente conseguir una adición astuta en la fecha límite de intercambios, podrían emerger como contendientes oscuros para una profunda carrera en los playoffs. La base puede ser frágil, pero el talento es innegable.
Por ahora, los Lakers siguen siendo un equipo en limbo: no lo suficientemente buenos para dominar, pero demasiado talentosos para ser descartados. Mientras James y Davis estén sanos y decididos, la esperanza persiste para una franquicia que se niega a rendirse sin luchar.