En un histórico y sobrio discurso de despedida, el presidente Joe Biden emitió una grave advertencia a la nación, afirmando que una creciente oligarquía ultra rica está poniendo en peligro la democracia y amenazando los valores fundamentales de la sociedad estadounidense. Hablando desde el Despacho Oval en la víspera de ceder el poder de nuevo a Donald Trump, Biden llamó a los estadounidenses a defender las instituciones del país contra poderosas fuerzas que están remodelando la sociedad para su propio beneficio.
Un Grave Discurso de Despedida
El discurso de 15 minutos de Biden rompió con la tradición, evitando el habitual optimismo y orgullo de un discurso de despedida. En su lugar, pintó un sombrío panorama de los desafíos por delante, describiendo una estructura de poder en América donde “la riqueza extrema, el poder y la influencia amenazan literalmente nuestra democracia entera.”
Se abstuvo de nombrar a individuos específicos, pero hizo referencia a la alarmante concentración de riqueza y poder político ejercido por figuras en tecnología y negocios. Criticó específicamente a las plataformas de redes sociales por abandonar la responsabilidad y permitir que la desinformación florezca.
“Las redes sociales están renunciando a la verificación de hechos,” comentó Biden, aparentemente refiriéndose a la controvertida decisión del CEO de Meta, Mark Zuckerberg, de eliminar la operación de verificación de hechos de la empresa. Argumentó que este cambio permite que “las mentiras, contadas por poder y por lucro,” ahoguen la verdad y distorsionen el discurso público.
Democracia Bajo Asedio
Biden comparó la era actual con la de los barones ladrones del siglo XIX, instando a una acción inmediata para frenar el poder descontrolado de los multimillonarios. Hizo un llamado a enmiendas constitucionales para limitar la inmunidad presidencial, aumentar los impuestos a los ricos y prohibir el dinero oscuro en la política para reconstruir la confianza pública en el gobierno.
Sus advertencias surgieron mientras Trump, listo para regresar a la presidencia, solidificaba alianzas con figuras poderosas como Elon Musk y otros magnates tecnológicos. Biden insinuó que estas alianzas son parte de una tendencia más amplia que amenaza las instituciones de América.
“La democracia debe ser defendida, definida e impuesta,” enfatizó Biden. “El poder del presidente no es ilimitado, no es absoluto, y no debería serlo.”
Logros en Medio de Desafíos
Si bien el discurso de Biden fue en gran parte cauteloso, celebró logros clave de su administración. Destacó los esfuerzos por reconstruir la infraestructura, fortalecer la atención médica y aumentar la manufactura, afirmando que estas “semillas plantadas” florecerían durante décadas. También presumió un reciente acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas como un logro diplomático destacado.
No obstante, Biden volvió repetidamente a su tema central: defender la democracia. Reconoció las frustraciones que muchos estadounidenses sienten con el sistema político, pero les instó a no rendirse.
“Después de 50 años de servicio público, todavía creo en la idea por la que esta nación se rige,” dijo Biden. “Ahora, es su turno de estar en guardia.”
¿Qué sigue para América?
La despedida de Biden fue una reflexión clara sobre su creencia de que el regreso de Trump al poder representa riesgos significativos para las instituciones democráticas de la nación. Con el presidente electo abogando por acuerdos de paz rápidos con Moscú y amenazando con recortar el apoyo a Ucrania, las palabras de Biden sirven tanto como una advertencia como un grito de unión para la preservación de los valores estadounidenses.
El futuro de la nación, concluyó Biden, ahora depende de la determinación de su pueblo. Su último ruego: “No debemos dejarnos intimidar para sacrificar el futuro, el futuro de nuestros hijos y nietos.”