Brad Keselowski, una de las figuras más dinámicas de NASCAR, ha forjado un legado notable tanto como piloto como propietario de equipo. Desde su campeonato de la Serie de la Copa NASCAR en 2012 hasta su audaz salto a la propiedad del equipo en 2022, el viaje de Keselowski ha sido nada menos que transformador. Pero a medida que RFK Racing se prepara para expandirse a tres charters a tiempo completo en 2025, las recientes revelaciones de Keselowski sugieren que sus motivaciones podrían ser más complejas de lo que parecen.
La verdad “egoísta” detrás del viaje de propiedad de Keselowski
Keselowski sorprendió al mundo de NASCAR cuando se convirtió en piloto-propietario al unirse a Roush Fenway Racing y rebrandearlo como Roush Fenway Keselowski Racing (RFK Racing). Su transición no se trataba solo de buscar victorias o expandir su influencia; se trataba de asegurarse de que sigue siendo parte de NASCAR a largo plazo. Hablando en el podcast Business of Motorsports con Kelley Earnhardt Miller, Keselowski admitió sin rodeos:
“Lo que pasa con ser un piloto de carreras es que sabes que termina bastante rápido… Ser propietario de un equipo me permite egoístamente ser parte de este deporte durante el tiempo que quiera. Cuando mi día con este deporte haya terminado, ser propietario de un equipo me permite tomar esa decisión—no el deporte.”
En un mundo donde los pilotos enfrentan carreras cada vez más cortas, la decisión de Keselowski le ofrece control sobre su destino. A los 39 años, es muy consciente de las duras realidades de NASCAR: la constante afluencia de talento joven, la competencia agotadora y las demandas físicas que inevitablemente empujan a los veteranos fuera del asiento del conductor.
Los ecos de Dale Jr.: La tristeza post-retiro
Keselowski no es el único veterano que lidia con la vida más allá del volante. Dale Earnhardt Jr., un miembro del Salón de la Fama de NASCAR y propietario de equipo, ha reflexionado públicamente sobre el vacío que creó el retiro. A pesar de haber abrazado su primer año alejado de las carreras a tiempo completo en 2017, Earnhardt admitió:
“Estaba tan contento de estar fuera de la rutina, pero cada año ha sido peor.”
Tanto las experiencias de Keselowski como las de Earnhardt Jr. destacan un miedo compartido entre los atletas de élite: perder su conexión con el deporte al que han dedicado sus vidas.
RFK Racing: De luchas a triunfos
La tenencia de propiedad de Keselowski no ha estado exenta de desafíos. RFK Racing luchó por encontrar su rumbo inicialmente, con Keselowski soportando una racha de tres años sin victorias. Pero en 2024, silenció a los críticos con una victoria triunfal en el Darlington Raceway, marcando un hito personal y profesional. El progreso del equipo también se reflejó en la victoria de Chris Buescher en 2022 en el Bristol Motor Speedway, la primera victoria de RFK bajo la copropiedad de Keselowski.
De cara a 2025, la trayectoria de RFK Racing parece prometedora. El equipo está listo para expandirse a tres coches a tiempo completo, alineando a Ryan Preece en el recién adquirido No. 60 Ford de Stewart-Haas Racing. Este movimiento subraya el compromiso de Keselowski de hacer crecer a RFK Racing en una potencia dentro del paddock de NASCAR.
¿Longevidad o desesperación?
Los críticos podrían argumentar que el papel de propiedad de Keselowski es un intento desesperado por mantenerse relevante, pero su historial sugiere lo contrario. RFK Racing ha mejorado constantemente bajo su liderazgo, con ambos coches clasificándose para los playoffs en temporadas consecutivas. Además, su franqueza sobre la motivación “egoísta” detrás de su propiedad subraya su profundo amor por NASCAR y su determinación de contribuir más allá de su carrera como piloto.
El camino por delante
A medida que RFK Racing se embarca en una temporada crucial con tres autos en su establo, el doble papel de Keselowski como piloto y propietario seguirá bajo escrutinio. Pero si su resiliencia pasada es un indicador, la temporada 2025 podría marcar otro capítulo en una carrera definida por desafiar expectativas.
¿Pagará la apuesta de propiedad de Brad Keselowski y asegurará su legado, o las presiones de la expansión y la competencia resultarán ser demasiado? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es cierta: Keselowski no se está echando atrás.