En un movimiento audaz que ataca el corazón de la controvertida nueva política de la FIA sobre la profanidad, el jefe de Mercedes, Toto Wolff, ha declarado su apoyo a una prohibición de groserías en la Fórmula 1. Sin embargo, su respaldo viene con una advertencia. La prohibición, insiste, no debería extenderse a los pilotos que expresan sus emociones crudas en el calor del momento, como fue el caso de Max Verstappen en el Gran Premio de Hungría 2024.
El conflicto en curso entre la FIA y los pilotos de F1 ha sido un tema candente en el mundo de las carreras. La Asociación de Pilotos de Gran Premio (GPDA) ha emitido un fuerte comunicado instando a la FIA a reconsiderar su postura sobre cómo los pilotos se expresan. La disputa ha cruzado al Campeonato Mundial de Rally, con Adrien Fourmaux convirtiéndose en la primera víctima de la nueva política después de que se le impusiera una multa considerable de £8250 ($10,400) por la organización con sede en Francia.
El presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, avivó aún más el debate al sugerir la eliminación de las radios de F1 si los pilotos continúan ignorando las reglas. Wolff, sin embargo, aboga por un enfoque más matizado. Hablando con medios de comunicación, Wolff enfatizó la importancia del respeto hacia los oficiales y competidores y la inapropiadez del lenguaje ofensivo dirigido a ellos. Sin embargo, también reconoció las intensas emociones que vienen con las carreras y argumentó en contra de suprimir este aspecto del deporte.
Si bien apoya una prohibición de groserías hacia los oficiales, Wolff también defendió el derecho de los pilotos a expresar sus emociones. Subrayó la necesidad de diferenciar entre maldecir por frustración o emoción y dirigir un lenguaje ofensivo hacia otros. Argumentó que lo primero no debería ser penalizado.Las repercusiones de la nueva política de la FIA no se detuvieron en el circuito de F1. La considerable multa a Fourmaux por usar un lenguaje fuerte en una entrevista posterior a la etapa en el Rally de Suecia provocó una amplia reacción negativa por parte de los pilotos y expertos de la industria. La Alianza de Pilotos de Rally Mundial (WoRDA) – un organismo que representa a 33 pilotos y copilotos – condenó el castigo como desproporcionado y criticó la falta de transparencia en la forma en que la FIA utiliza las multas que recauda.
El tema de la transparencia también ha sido un punto de contención dentro de la GPDA y fue objeto de una broma famosa por parte del campeón mundial en cuatro ocasiones, Max Verstappen. Después de ser penalizado por tocar el alerón trasero de Lewis Hamilton en el GP de Brasil de 2021, Verstappen comentó que esperaba que su multa permitiera a los comisarios disfrutar de una “bonita cena y vino caro.”
A medida que el debate continúa, el apoyo condicional de Wolff a la prohibición de groserías en la Fórmula 1 añade otra capa de complejidad a un tema ya polémico. Sus comentarios reflejan un creciente llamado por equilibrio y justicia en las regulaciones, un ruego que resuena tanto entre los pilotos como entre los aficionados.
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