LIV Golf, la ambiciosa empresa respaldada por el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF) que buscaba desafiar el dominio del PGA Tour, ahora enfrenta una dura realidad. A pesar de prometer un enfoque novedoso para el juego y ofrecer contratos lucrativos a algunas de las estrellas más grandes del golf, la nueva liga de golf está luchando por crear un impacto significativo. Esta revelación llega tras el cambio de postura de Rory McIlroy sobre la necesidad de una fusión entre el PGA Tour y LIV.
En el Arnold Palmer Invitational, McIlroy, quien había sido un defensor de la unificación, hizo una declaración inesperada que envió ondas a través de la comunidad golfística. Contrario a su anterior defensa de la unificación, declaró que el PGA Tour estaba prosperando sin LIV y que una fusión no era esencial para su éxito. Este cambio de opinión, según fuentes de la industria, es un reflejo del decreciente atractivo de LIV Golf y su incapacidad para atraer a una audiencia sustancial.
Sumando a los problemas de LIV, el coanfitrión del podcast The Fried Egg Golf, Andy Johnson, no se contuvo al resaltar la lucha continua de la nueva liga de golf para captar la atención de los aficionados. A pesar de una inversión masiva de cinco mil millones de dólares, Johnson enfatizó que el producto de LIV Golf era en gran medida irrelevante para la mayoría de los entusiastas del golf.
La dura crítica de Johnson fue validada por las decepcionantes calificaciones de televisión para LIV Golf. Cuando se revelaron los números de audiencia para una de las transmisiones de LIV en EE. UU., la comunidad golfística se sorprendió. La audiencia fue de apenas 12,000, una cifra que Johnson describió como «extraordinariamente patética.» Este desempeño desastroso estaba muy lejos de lo que LIV había imaginado: un calendario revitalizado, un horario en prime time para las audiencias estadounidenses y otro año lleno de jugadores de alto perfil.Rory McIlroy, quien había sido un defensor vocal de una fusión entre la PGA y LIV, ahora se encuentra de acuerdo con Jordan Spieth, quien sostuvo que el PGA Tour no requería los fondos respaldados por Arabia Saudita para tener éxito. El cambio en la postura de McIlroy se atribuye a la estabilidad financiera del PGA Tour a través de su inversión en el Strategic Sports Group (SSG) y al fracaso de LIV para demostrar su valor. A pesar de apoyar la idea de que los mejores jugadores compitan juntos, McIlroy admitió que las negociaciones no estaban avanzando debido a la falta de voluntad de una de las partes.
El PIF, que ha invertido miles de millones en LIV Golf, se encuentra en un aprieto. Independientemente de su compromiso financiero, sin la participación de los aficionados, no hay un futuro sostenible para la liga. Por lo tanto, personas del mundo del golf como McIlroy y Spieth ya no consideran que LIV sea esencial para el éxito del PGA Tour.
LIV Golf, la creación del CEO Greg Norman, fue concebido como un rival del PGA Tour. Sin embargo, la realidad resultó ser una inversión fallida sin un camino evidente hacia adelante. A pesar de contar con una lista de las principales estrellas del golf y prácticamente financiación ilimitada del fondo soberano de Arabia Saudita, la ausencia de participación de los aficionados, las calificaciones de televisión y el éxito comercial han disminuido enormemente el valor de la liga.
En conclusión, la gran ambición de LIV Golf de interrumpir el status quo en el mundo del golf ha recibido un golpe de realidad. Ahora se erige como un recordatorio contundente de que el dinero por sí solo no puede garantizar el éxito, especialmente en un deporte donde la participación de los aficionados es primordial.
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