El golf, un deporte a menudo visto como el epítome de la soledad y la resistencia mental, ha estado sacando a la luz sus duras realidades. La exestrella de la LPGA, Emma Talley, ha abierto recientemente sobre el costo mental que le supuso, lo que la llevó a tomar la decisión de retirarse al final de la temporada 2024. La lucha por mantener un rendimiento consistente y gestionar su salud mental fue tan severa que confesó haber experimentado una caída dramática en su carrera en 2019, con el doble de cortes que el año anterior y solo dos finales entre las 20 mejores.
Las luchas de Talley no terminaron en el campo. Ella expresó la presión que sentía al esforzarse constantemente por la perfección, lo que admite que no ayudó a su situación. «Definitivamente me estresé mucho este año y solo desearía haber dado un paso atrás y visto el panorama más amplio en lugar de ser tan dura conmigo misma y esforzarme tanto porque definitivamente no ayudó en nada,» admitió.
En una conversación sincera en el podcast Inside the LPGA, Talley junto a Jenny Shin, otra golfista retirada de la LPGA, discutieron la monótona y solitaria realidad del golf profesional. Shin describió su vida en el campo como una rutina repetitiva, compuesta por una dieta estricta, un régimen de salud y práctica constante. Haciendo eco de los sentimientos de Shin, Talley destacó los sacrificios a menudo pasados por alto que hacen los golfistas profesionales, como las restricciones dietéticas y la falta de sueño, todo en nombre de conservar energía para el juego.
Sin embargo, la soledad del deporte, según Shin, es un desafío que muchos jugadores luchan por superar. Ella admitió sinceramente que el deporte puede ser solitario, requiriendo que los jugadores disfruten de su propia compañía y de los sacrificios que vienen con ello. Pero esta no es solo la historia de Shin y Talley. La narrativa se extiende a otras jugadoras de la LPGA también.La golfista retirada Karen Stupples también sacó a la luz su lucha en 2019. Como medio de escape del acoso escolar, Stupples recorría cinco millas hasta el Princes Golf Club, encontrando soledad en el deporte. Sin embargo, incluso los mejores jugadores del mundo, como Nelly Korda, no eran inmunes a estos desafíos. Ella se abrió sobre el costo mental de jugar bajo presión y lidiar con la crítica, admitiendo que el «ruido exterior definitivamente duele a veces.»
Abordando la presión mental, Shin confesó que los métodos tradicionales como la meditación eran inútiles para proporcionar una paz duradera. En cambio, encontró consuelo en seguir un régimen sólido. De manera similar, Talley buscó consuelo en su fe, atribuyendo su resiliencia a su fuerte creencia en el tiempo divino.
Estas revelaciones subrayan la lucha silenciosa de los golfistas profesionales, destacando la necesidad de discusiones más abiertas sobre la salud mental dentro del deporte. Es crucial que los Tours aborden este tema con más frecuencia, proporcionando el apoyo necesario y una plataforma abierta para que los jugadores compartan sus experiencias. En última instancia, cada golfista tiene su propia manera de hacer frente a la soledad inherente del deporte, pero la conversación continua subraya la necesidad de un enfoque más integral hacia el bienestar mental en el golf.