El exgolfista profesional del PGA Tour Willy Wilcox ha compartido de manera sincera los angustiosos detalles de su lucha contra la adicción, revelando cómo el mundo de alta presión del golf profesional exacerbó aún más sus dificultades. La caída de Wilcox hacia la oscuridad comenzó durante su infancia en Birmingham, Alabama, un pequeño pueblo del sureste donde los medicamentos recetados estaban fácilmente disponibles. Su exposición temprana a sustancias, específicamente analgésicos recetados, normalizó su uso y sentó las bases para sus futuras batallas con la adicción.
En una conversación reveladora con Tom Coyne en el podcast The Golfer’s Journal, Wilcox habló sobre el aterrador momento en que sobredosis de cocaína mezclada con el cometa. Recordó la escalofriante sensación de su corazón latiendo a una alarmante velocidad de 222 pulsaciones por minuto y el insoportable dolor que persistió durante días. Este angustioso episodio sirvió como un llamado de atención, impulsándolo hacia el camino de la sobriedad.
El mundo del golf profesional, aunque glamuroso en la superficie, está lleno de intensa presión, altas expectativas y desafiantes retos físicos. Wilcox, que siempre ha sufrido de ansiedad severa, encontró las exigencias implacables de la vida en el tour como algo insoportable. Las noches de insomnio provocadas por la ansiedad y la pérdida de apetito lo llevaron a automedicarse con drogas.
En el apogeo de su tormento, la rutina de Wilcox antes de los torneos consistía en mantenerse despierto desde la medianoche antes de los horarios de salida por la tarde, incapaz de dormir o comer debido a los nervios abrumadores. En su mentalidad distorsionada, las sustancias se convirtieron en la solución milagrosa que le permitía rendir excepcionalmente bien en el campo de golf. Explicó cómo consumía un Percocet, golpeaba la bola 330 yardas en el primer hoyo y potencialmente ganaba cientos de miles de dólares, todo mientras estaba bajo la influencia.A pesar de luchar contra su adicción, Wilcox logró hazañas notables en el PGA Tour. Su ilustre carrera incluyó un impresionante 59 en el Campeonato de Utah de 2013 y un inolvidable hoyo en uno en el famoso green isla de TPC Sawgrass en 2016. Sin embargo, la auto-medicación inicial se transformó gradualmente en dependencia física, con Wilcox revelando su incapacidad para dormir antes de los torneos importantes, habiendo estado despierto desde la medianoche.
En 2022, tras su retiro del golf profesional, Wilcox tomó la decisión que cambió su vida de buscar ayuda profesional y se ingresó en rehabilitación. Esto marcó el comienzo de su viaje hacia el redescubrimiento de sí mismo más allá de la adicción y la ansiedad por el rendimiento. Él declaró de manera conmovedora: “2022 es literalmente la primera vez que me encontré a mí mismo como adulto.”
En un giro del destino, el golf le ofreció a Wilcox una segunda oportunidad de redención, aunque en un rol diferente. Ahora trabaja como caddie para la estrella en ascenso del PGA Tour, Sungjae Im, una transición que ha demostrado ser beneficiosa para su recuperación. El estilo de vida estructurado de los viajes del tour, sin las presiones del rendimiento, proporciona el equilibrio ideal para mantener la sobriedad.
Wilcox se cruzó por primera vez con Im durante su tiempo en el Korn Ferry Tour en 2018. En un sorprendente giro de los acontecimientos, Im invitó a Wilcox a ser su caddie en el Abierto de EE. UU. de 2023. Desde que unieron fuerzas, la salud física y mental de Im ha mostrado una mejora significativa, con un aumento de peso notable y un comportamiento general más positivo. La perspectiva y los conocimientos únicos de Wilcox aportan un valor añadido al juego de Im mientras navegan juntos por el PGA Tour.
El viaje de Willy Wilcox sirve como un recordatorio contundente del costo que el exigente mundo del deporte profesional puede tener en la salud mental. Su historia también sirve para inspirar a aquellos que luchan contra la adicción, mostrando que es posible levantarse desde las profundidades de la desesperación y reconstruir una vida de sobriedad.