La Transformación de una Institución Americana
En 2024, NASCAR se lanzó al escenario mundial como nunca antes, impulsado por el documental de Netflix NASCAR: A Toda Velocidad, que presentó el deporte a millones de nuevos fanáticos en todo el mundo. Avancemos a 2025, y NASCAR está capitalizando este impulso al romper nuevos terrenos—tanto figurativa como literalmente. Una histórica carrera con puntos en México y la creciente participación del deporte en eventos internacionales de motorsport como las 24 Horas de Daytona están redefiniendo su imagen y atractivo.
Lo que alguna vez fue desestimado como «tontos rednecks conduciendo en círculos» ahora está evolucionando hacia un fenómeno global, fusionando el encanto crudo de NASCAR con la sofisticación de eventos como el clásico de resistencia de Daytona. ¿El resultado? Un cambio cultural que está remodelando percepciones y atrayendo nuevos fanáticos.
Los Conductores de NASCAR en Daytona: Una Nueva Era de Versatilidad
La incursión de NASCAR en el mundo de las carreras de resistencia es ejemplificada por Parker Kligerman, un piloto retirado de la Serie Cup y reportero de pits de NBC. En 2025, Kligerman está cambiando su micrófono por el volante de un Lamborghini Huracan GT3 EVO2 en las icónicas 24 Horas de Daytona. Para Kligerman, esta no es solo otra carrera—es una declaración sobre la evolución del grupo de talentos de NASCAR.
“La gente se está dando cuenta de que el talento de élite de NASCAR son conductores muy versátiles,” dijo Kligerman en una entrevista con Racer. “No solo giramos a la izquierda. Históricamente, los autos deportivos han estado más conectados con IndyCar, pero ahora la gente está reconociendo el talento en NASCAR.”
Este cambio no es un accidente. El creciente enfoque de NASCAR en los circuitos de carretera, junto con las similitudes entre los autos GT3 y los autos de stock Next-Gen de la serie, ha difuminado las líneas entre NASCAR y otras disciplinas del automovilismo. El circuito de carretera de Daytona, en particular, se ha convertido en un campo de pruebas para los conductores de NASCAR ansiosos por mostrar sus habilidades en el escenario global.
Poder Estelar en las 24 Horas de Daytona
La edición 2025 de las 24 Horas de Daytona cuenta con un elenco de estrellas, con conductores de NASCAR que están ansiosos por poner a prueba su temple contra los mejores del mundo. Entre ellos se encuentra Shane van Gisbergen, el as de los circuitos de carretera que hizo historia con una victoria debut en NASCAR en las calles de Chicago. Junto a él está la estrella en ascenso Connor Zilisch, recién salido de una victoria en la clase LMP2 en el evento de Daytona 2024.
Este cruce no solo está mejorando la reputación de NASCAR, sino que también está beneficiando a IMSA. La inyección del poder estelar de NASCAR ha atraído nueva atención al clásico de resistencia, convirtiéndolo en un evento imperdible para los aficionados al automovilismo en todo el mundo.
De la Aislamiento a la Integración: El Viaje Global de NASCAR
Durante décadas, NASCAR permaneció en gran medida confinado a las fronteras estadounidenses, con solo apariciones internacionales esporádicas. Los primeros intentos de expandir su alcance, como la carrera de 1952 cerca de las Cataratas del Niágara o el Gran Premio de Melbourne de 1988, fueron esfuerzos aislados que no lograron establecer una presencia duradera. Sin embargo, la estrategia moderna del deporte es mucho más calculada.
A través de su serie de Netflix, un calendario internacional en expansión y cruces de alto perfil con IMSA, NASCAR está desmantelando viejos estereotipos y mostrando la versatilidad y el talento de sus pilotos. La inclusión de eventos como las 24 Horas de Daytona en su repertorio cultural está ayudando a NASCAR a despojarse de su imagen insular y a abrazar una base de aficionados global.
El Camino por Delante para NASCAR
A medida que NASCAR extiende sus alas, la temporada 2025 simboliza un momento crucial para el deporte. Sus pilotos ya no están confinados a óvalos, sino que se están demostrando en algunos de los circuitos más exigentes del mundo. Mientras tanto, su base de aficionados está creciendo más allá de las fronteras estadounidenses, atraídos por la energía cruda del deporte y su imagen cada vez más sofisticada.
Ya sea la etapa de Parker Kligerman en un Lamborghini, las hazañas de Shane van Gisbergen o la histórica carrera de NASCAR en México, una cosa es clara: NASCAR ya no es solo el deporte motor de América—es el del mundo para abrazar.