Ron Devine, una vez una figura esperanzadora en el competitivo paisaje de NASCAR, ahora encuentra su nombre grabado en una de las historias más cautelares del deporte. El expropietario de BK Racing—un equipo que ingresó a la NASCAR Cup Series con ambición en 2012—enfrenta un legado ensombrecido por la turbulencia financiera, enredos legales y alegaciones de mala conducta.
A partir de enero de 2025, los problemas legales de Devine se intensificaron cuando el Tribunal de Apelaciones de EE. UU. confirmó un fallo de $31 millones en su contra, derivado de la quiebra de BK Racing. Este fallo reafirma las alegaciones de mala gestión financiera durante su mandato como propietario del equipo y agrava los cargos criminales que ya enfrenta por violaciones fiscales federales.
BK Racing: Un Comienzo Prometedor, un Fin Amargo
La creación de BK Racing en 2012 trajo una energía renovada a la NASCAR Cup Series. La visión de Devine era establecer un equipo competitivo, pero tras bambalinas, la base se estaba desmoronando. La mala gestión financiera, las deudas crecientes y la inestabilidad interna asolaban al equipo. Para febrero de 2018, BK Racing solicitó quiebra bajo el Capítulo 11, revelando deudas de más de $8 millones, incluyendo préstamos, obligaciones con el IRS y salarios de empleados.
El tribunal de quiebras supervisó la venta de la carta y los activos del equipo, que fueron adquiridos finalmente por Front Row Motorsports por $2.08 millones. Mientras que la venta marcó el final del viaje de BK Racing en NASCAR, fue solo el comienzo de las batallas legales de Devine.
El juicio de 31 millones de dólares
El reciente fallo judicial, emitido en enero de 2025, incluye $6 millones en pagos realizados a fideicomisos y empresas afiliadas a Devine y $11 millones en deudas que debe BK Racing. El fideicomisario de quiebra argumentó que estos fondos fueron utilizados de manera inapropiada y que se requería su reembolso. La decisión del tribunal de apelaciones confirmó el fallo del tribunal inferior, describiendo la conducta de Devine como un “desprecio flagrante por el proceso judicial”.
Este juicio asegura que cualquier fondo recuperado se destinará al pago de los acreedores, incluidos bancos, el IRS y ex-empleados de BK Racing. Sin embargo, la disponibilidad de estos fondos sigue siendo incierta.
Cargos de fraude fiscal y responsabilidad penal
Los problemas de Devine no se detienen con el juicio civil. En 2023, el Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Oeste de Carolina del Norte presentó una acusación acusando a Devine de no pagar impuestos sobre la nómina desde 2012 hasta 2017. Los fiscales alegaron que Devine desvió más de $2 millones en impuestos sobre la nómina destinados al IRS para cubrir los gastos operativos de BK Racing, como el alquiler y los servicios públicos.
El cargo más grave destacó la falta de Devine de remitir $176,000 en impuestos de fondos fiduciarios durante el segundo trimestre de 2017. Fue acusado formalmente de cuatro cargos por no pagar impuestos sobre la nómina, cada uno con una posible sentencia de cinco años de prisión y una multa de $250,000. En octubre de 2024, Devine aceptó un acuerdo de culpabilidad, reconociendo su evasión fiscal y acordando una multa de $1 millón.
Las Consecuencias y la Defensa de Devine
Devine ha mantenido que sus acciones fueron impulsadas por un intento de mantener al equipo operativo, no por ganancia personal. Hablando sobre sus declaraciones financieras, lamentó:
“Estoy intentando lo mejor que puedo… para mantenerme al día con esto. Es increíblemente abrumador. … Soy una persona honesta.”
A pesar de estas afirmaciones, los tribunales y los fiscales federales han mostrado poca indulgencia, pintando un cuadro de decisiones financieras imprudentes que dejaron a acreedores, empleados y aficionados en la estacada.
¿Qué sigue para Ron Devine?
Con las sanciones civiles y penales acumulándose, Devine enfrenta una dura batalla. Solo el juicio de $31 millones sería una carga monumental, incluso sin la multa adicional de $1 millón por fraude fiscal. Aunque el acuerdo de culpabilidad mitiga su exposición a las penas máximas de prisión, la combinación de multas, honorarios legales y daño reputacional deja el futuro de Devine incierto.
Para los aficionados de NASCAR, la caída de BK Racing es una advertencia sobre los riesgos de la sobreextensión y la mala gestión en el mundo de alto riesgo de los deportes de motor. Para Ron Devine, es una saga de potencial no cumplido, un legado manchado y una lucha por la redención frente a los crecientes desafíos legales.