Danielle Collins convirtió a un hostil público de Melbourne en su propio teatro durante una ardiente victoria en segunda ronda en el Abierto de Australia, abrazando los abucheos y ofreciendo una actuación descarada que no dejó dudas de que prospera al ser la villana.
Público ruidoso, Collins ardiente
La estadounidense de 31 años, que jugaba contra la australiana Destanee Aiava, se enfrentó a un público ruidoso que no fue nada sutil en su apoyo a la favorita local. Abucheada y acosada durante todo el partido, Collins no se echó atrás. En cambio, se sumergió en el caos, diciéndole a un aficionado que «se callara», lanzando besos a la multitud e incluso dándose una palmada en el trasero mientras le abucheaban su victoria.
En su conferencia de prensa posterior al partido, Collins desestimó la hostilidad con su característico desafío.
«Buena suerte intentando molestar a alguien o meterte bajo la piel de alguien que literalmente no le importa… ¿puedo decirlo?» bromeó, rompiendo en risas mientras el moderador intervenía nerviosamente.
‘A esta chica le encanta’
Collins atribuyó la atmósfera bulliciosa a una apasionada multitud australiana e incluso elogió el ambiente, destacando la energía única de competir contra un jugador local.
«Mira, Destanee es de aquí. Realmente querían que ella ganara con muchas ganas,» dijo Collins. «Había muchas personas que estaban super borrachas y tenían dificultades para controlarse. Fue bastante bullicioso. Pero a esta chica le encanta.»
La reacción no la afectará
Collins, quien llegó a la final del Abierto de Australia en 2020, se enfrenta a la compatriota americana Madison Keys en la tercera ronda. Con las tensiones en aumento y la posibilidad de más reacciones del público, ella se mantiene imperturbable. De hecho, ve los abucheos como parte del trabajo—y uno rentable, además.
«Una de las mejores cosas de ser un atleta profesional es que las personas que no te gustan y te odian, en realidad, pagan tus cuentas,» dijo Collins, señalando que su premio garantizado de al menos £147,000 facilitaba ignorar la hostilidad.
«Es un concepto bastante interesante. Mi carrera profesional no va a durar para siempre, y solo me recuerdo a mí misma todos los días cuando tengo ese tipo de cosas que ellos están pagando mis cuentas.»
Una fuerza con la que hay que contar
La confianza desmedida de Collins y su potencia en la cancha siempre la han convertido en una figura polarizadora, pero su resiliencia y capacidad para rendir bajo presión son innegables. Con la vista puesta en otra profunda carrera en Melbourne, ha demostrado que se siente igual de cómoda siendo la heroína que siendo la villana.
Para Collins, todo forma parte del juego. Y como ella misma dice:
«Buena suerte intentando meterte bajo la piel de alguien que realmente no le importa.»