Las motocicletas eléctricas están ganando cada vez más terreno en el panorama de la movilidad, y las dos ruedas no son una excepción – habiendo una multiplicación de las ofertas de motocicletas o bicicletas eléctricas.
Pero también hay un «reverso de la moneda»: con más vehículos, hay más accidentes que involucran a conductores ebrios. Es la conclusión de un estudio realizado en los Estados Unidos de América, basado en los datos del Sistema Electrónico de Vigilancia Nacional de Lesiones (NEISS) y publicado en el Injury Prevention Journal.
Entre 2019 y 2022, se reportaron 4.020 accidentes con heridos que involucraron scooters o bicicletas eléctricas que buscaron servicios de emergencia – 3.700 de los cuales fueron scooters eléctricas. La mayoría de las víctimas son hombres (79,6 por ciento) y personas en el rango de edad de 18 a 39 años. El uso de alcohol y/o drogas fue reportado en el 8,6 por ciento de las situaciones con scooters eléctricas y el 2,5 por ciento en el caso de las e-bikes.
El estudio concluye que ‘las lesiones en e-scooters están aumentando rápidamente, especialmente entre los hombres más jóvenes, con un triplicado entre 2019 y 2022’ – habiendo un ‘contribución significativa’ del alcohol y sustancias a la mortalidad. Así, los autores dejan una recomendación: ‘Reforzar el patrullaje y los enfoques de prevención como el uso de cascos son garantías para mejorar la seguridad de las scooters y bicicletas eléctricas’.
En declaraciones a Scientific American, uno de los autores del estudio, Akshaya Bhagavathula, explicó: ‘El triplicar de lesiones entre 2019 y 2022 subraya la rápida adopción de estos dispositivos. […] Las campañas de seguridad públicas y regulaciones locales que fomenten el uso de casco podrían mitigar considerablemente estos riesgos’.
El profesor universitario también advierte que las infraestructuras, regulaciones y concienciación no han acompañado los riesgos asociados a la conducción bajo el efecto de sustancias.