Repsol ha dado un nuevo paso en la misión de descarbonización del transporte con el inicio de la producción a gran escala de combustibles renovables en las instalaciones de Cartagena.
Esta fábrica, la primera en la Península Ibérica dedicada exclusivamente a la producción de combustibles 100% renovables y en la que se han invertido 250 millones de euros, tiene una capacidad de producción de 250.000 toneladas al año.
En estas instalaciones se producirán diésel renovable y combustibles sostenibles para la aviación (SAF) que evitarán la emisión de 900.000 toneladas de CO2 al año, ya que representan una reducción del 90% en las emisiones netas de dióxido de carbono, en comparación con el combustible mineral que reemplazan, debido a la menor intensidad de carbono del combustible renovable.
El combustible renovable, producido a partir de residuos orgánicos como aceites usados o desechos agroalimentarios, dándoles una segunda vida a estos materiales, es una solución rápida y sostenible para la descarbonización de todos los sectores del transporte, ya que pueden ser utilizados en automóviles, camiones, autobuses, barcos o aviones, utilizando las infraestructuras de repostaje existentes. Este tipo de combustible ha llegado a las estaciones de servicio de Repsol en la Península Ibérica, estando disponible en más de 140 lugares. El objetivo es llegar a 600 al final de este año y a 1.900 en 2027.
Para Juan Abascal, Director General de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol, «Con esta primera fábrica en la Península Ibérica, damos un paso más en nuestra transformación hacia la descarbonización, con un proyecto tecnológico de vanguardia».
La nueva fábrica de Cartagena, cuya producción de combustibles renovables representa el 5% de su producción total de gasóleo y el 17% de su producción de parafina, se unirá en 2025 a una segunda fábrica en Puertollano. Después de una inversión de 120 millones de euros, una de las unidades del complejo industrial será convertida para producir 240.000 toneladas de combustibles renovables. Repsol también prevé replicar este modelo en un tercer centro industrial en España para el año 2030.
Juan Abascal destacó el compromiso de Repsol de transformar sus seis complejos industriales en la Península Ibérica en centros multienergéticos descarbonizados, capaces de procesar todo tipo de materias primas para producir materiales con una huella de carbono reducida. En estos centros, se promoverán nuevos modelos de negocio basados en la digitalización y la tecnología. Toda esta transformación industrial se basará en cuatro pilares: eficiencia energética, economía circular, hidrógeno renovable y captura, utilización y almacenamiento de CO2. «Nuestro plan demuestra el compromiso de Repsol con la industria, con la generación de empleo y riqueza. De esta manera, contribuimos al desarrollo y cohesión territorial en áreas desfavorecidas y a ofrecer soluciones que aumenten la independencia energética de España», añadió el Director General de Transformación Industrial y Economía Circular de la empresa.
Repsol tiene como objetivo alcanzar una capacidad total de producción de combustibles renovables, incluyendo hidrógeno renovable y biometano, entre 1,5 y 1,7 millones de toneladas hasta 2027 y hasta 2,7 millones de toneladas hasta 2030, y liderar el mercado de este tipo de combustibles en la Península Ibérica. Con este proyecto, y con las iniciativas ya en curso, la empresa está a la vanguardia del sector en términos de capacidad de producción de combustibles renovables.
La empresa cuenta con uno de los sistemas de refinación más eficientes de Europa, gracias a la inversión de alrededor de mil millones de euros al año, en promedio, en la última década, durante la cual la Unión Europea perdió 24 refinerías, alrededor del 10% de su capacidad de producción de combustibles utilizados principalmente en el transporte por carretera. Las refinerías de Repsol emplean alrededor de 28,000 personas, entre empleo directo, indirecto e inducido.
Además de los combustibles renovables, la empresa también se centra en los combustibles sintéticos (o e-fuels), producidos a partir de hidrógeno renovable y CO2 capturado de la atmósfera, con un proyecto industrial de demostración en las inmediaciones de Petronor.
En su Plan Estratégico 2024-2027, Repsol prevé inversiones de hasta 6,800 millones de euros en los negocios industriales de la empresa, el 44% de los cuales se destinarán exclusivamente a proyectos de bajo carbono, condicionados a la evolución del marco regulatorio y fiscal, incluyendo iniciativas en combustibles renovables, biometano, hidrógeno renovable y gasificación de residuos, entre otros.