Pierre Mobility AG, conglomerado responsable de marcas icónicas como KTM, Husqvarna, GasGas y el 50,1% de MV Agusta, enfrenta uno de los momentos más críticos de su historia. Incapaz de asegurar el financiamiento de 100 millones de euros necesario para estabilizar las operaciones, la empresa liderada por Stefan Pierer optó por entrar en auto-administración, un proceso de reestructuración que será supervisado por el Tribunal.
Reestructuración bajo control judicial
Al adherirse al régimen de auto-administración, Pierer Mobility AG mantiene su Consejo de Administración en funciones, pero pierde el control total sobre las decisiones estratégicas. Cualquier medida tomada en el marco del plan de reestructuración deberá ser aprobada por el Tribunal responsable de supervisar el proceso. Esta intervención judicial busca asegurar que las acciones de la empresa sigan un plan riguroso y eficaz para resolver la crisis financiera.
El panorama financiero del grupo es preocupante. Con una deuda neta evaluada en 1,5 mil millones de euros, Pierer Mobility AG enfrenta además el desafío de gestionar un inventario acumulado de 100,000 motos, que permanecen por vender en los concesionarios. La situación se ha deteriorado hasta el punto de obligar a una reducción de la producción en los primeros meses de 2025 y al despido de cientos de trabajadores.
Según el comunicado oficial del grupo, el objetivo es alcanzar un acuerdo con los acreedores en un plazo de 90 días, asegurando la viabilidad futura de KTM Sportmotorcycle GmbH y de las otras marcas asociadas. Para ello, será necesario un redimensionamiento significativo de la producción, ajustando el exceso de stock existente en los concesionarios. Este proceso deberá prolongarse hasta 2026, con un impacto directo en la capacidad productiva de las instalaciones austriacas.
Impacto financiero y operacional
Los costos asociados a esta reestructuración son abrumadores. Se estima que las pérdidas para el año fiscal de 2024 superen varios cientos de millones de euros, debido a los costos por despidos, ajustes de producción y otros gastos relacionados. Entre 2025 y 2026, el grupo prevé una reducción en el rendimiento operacional equivalente a mil millones de euros.
¿Y el futuro?
A pesar de la gravedad de la situación, el comunicado oficial subraya el objetivo de transformar este momento de crisis en una oportunidad para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. La empresa cree que la reorganización creará las condiciones necesarias para un regreso más fuerte y competitivo tras los procedimientos.
El futuro del MotoGP no está en riesgo
Es importante señalar que la división de KTM en MotoGP se trata de otro departamento de la empresa, otra entidad, y que está segura y por ahora inmune a todo el alboroto que ha ocurrido en torno a las cuestiones y tumultos financieros, y cuenta con otros ingresos y fondos provenientes de otros medios, así como asociaciones que alejan cualquier problema.