Investigadores de la Universidad de Rice, en Estados Unidos, han desarrollado un método innovador para extraer materias primas de baterías de vehículos eléctricos al final de su vida útil, potencialmente alterando el panorama de la industria.
El entusiasmo inicial por los vehículos eléctricos ha ido moderándose, a medida que se hacen evidentes algunos de sus desafíos. Aunque siguen siendo vistos como una pieza fundamental en el futuro de la movilidad, ya no se les considera con el optimismo desmedido de antaño.
Las limitaciones de las baterías han sido uno de los principales obstáculos, llevando a muchos fabricantes a invertir fuertemente en tecnologías para aumentar la autonomía y reducir los tiempos de carga. Sin embargo, un aspecto frecuentemente descuidado es el de la economía circular.
Mientras que los vehículos de gasolina pueden durar décadas con el mantenimiento adecuado, no se puede decir lo mismo de los eléctricos, cuyas baterías tienen una vida útil considerablemente más corta. Además, la batería es generalmente el componente más costoso de estos vehículos.
La reciclaje de baterías no es una novedad, pero los procesos convencionales son extremadamente intensivos en energía y, como consecuencia, muy costosos. Generalmente, implican la descomposición de las baterías hasta sus elementos básicos.
El equipo de la Universidad de Rice propone ahora un método innovador para extraer materiales activos purificados a partir de baterías usadas. La técnica utiliza propiedades magnéticas para separar y purificar los componentes, empleando un proceso denominado calentamiento Joule rápido sin solventes (FJH, por sus siglas en inglés).
Este método implica la transmisión de corriente eléctrica a través de un material moderadamente resistivo, calentándolo rápidamente y transformándolo en otras sustancias. Los investigadores han descubierto que el calentamiento rápido de los residuos de las baterías a 2.500 Kelvin crea estructuras únicas con envolturas magnéticas y núcleos estables, facilitando la separación y purificación.
Sorprendentemente, el cobalto, un material frecuentemente utilizado en baterías de vehículos eléctricos, ha demostrado propiedades magnéticas, permitiendo una separación fácil y eventual reutilización en nuevas baterías. Según los investigadores, el proceso FJH resultó en una tasa de recuperación de metales de batería impresionante del 98%.
Este descubrimiento podría tener implicaciones significativas para la industria eléctrica. La reducción del desperdicio asociado a las baterías al final de su vida útil y la disminución global de los costos de producción podrían traducirse en vehículos eléctricos más accesibles para los consumidores.
Aunque los vehículos eléctricos son frecuentemente presentados como una solución ecológica, la verdad es que su producción, particularmente la de las baterías, también tiene impactos ambientales considerables. Desde la extracción minera a gran escala hasta las toneladas de residuos de baterías, el costo ambiental de la producción de vehículos eléctricos es innegable.
Iniciativas como esta, centradas en la sostenibilidad y la economía circular, son cruciales para mitigar estos impactos. La capacidad de reciclar un mayor porcentaje de baterías usadas de manera más eficiente y económica es un paso importante para hacer que esta tecnología sea verdaderamente sostenible a largo plazo.
Este descubrimiento representa un avance significativo en la búsqueda de soluciones más ecológicas y económicamente viables para el desafío de la movilidad eléctrica, prometiendo un futuro más sostenible para la industria.