Un nuevo estudio del Instituto de Seguros para la Seguridad Vial reveló datos alarmantes sobre las consecuencias de no utilizar casco por parte de los motociclistas. La investigación, que analizó datos entre 1976 y 2022, concluyó que 22.058 vidas podrían haberse salvado si todos los estados norteamericanos hubieran implementado leyes obligatorias de uso de casco durante este período.
En un momento en que las muertes de motociclistas en EE. UU. alcanzan cifras récord, superando los 6.000 casos anuales, los investigadores estiman que la implementación universal de la obligatoriedad del casco podría reducir la mortalidad en alrededor del 10% – lo equivalente a salvar 600 vidas por año.
La evidencia científica sobre la eficacia de los cascos es irrefutable. Sin embargo, en diversos estados americanos, su uso sigue siendo opcional, planteando cuestiones sobre el equilibrio entre la libertad individual y la seguridad pública. Los expertos advierten que la decisión de no usar casco tiene ramificaciones que trascienden la esfera individual, afectando desde las primas de seguro hasta el futuro del motociclismo.
El impacto de esta elección se extiende a la próxima generación de motociclistas, con padres cada vez más reacios a permitir que sus hijos practiquen motociclismo, ante las estadísticas de mortalidad. Los especialistas argumentan que el uso universal del casco podría ayudar a revertir esta tendencia.
Aunque el estudio fue financiado por compañías de seguros – que tienen un interés financiero en el uso de cascos – la metodología fue considerada rigurosa y los resultados alineados con investigaciones anteriores sobre el tema.