Marc Márquez estuvo en conversación con Manuel Pecino en el GP de Tailandia, donde reflexionó sobre su evolución como piloto y compartió perspectivas sobre el momento actual de su carrera. En una comparación directa con el Márquez de 2019, el piloto español reveló cómo la confianza y la madurez han cambiado a lo largo de los años, destacando las diferencias en términos de rendimiento y enfoque.
‘La cuestión es que el Márquez de 2019 diría que tiene mucha más confianza. Aquí en Tailandia, el Marc de 2019 llegaba con casi 100 puntos de diferencia en relación a los otros, físicamente mejor también, pero menos maduro’, admitió el piloto, reconociendo que la experiencia adquirida en los últimos años le ha traído un nuevo tipo de aprendizaje, a pesar de los desafíos que ha enfrentado.
Cuestionado sobre cómo se ve actualmente en comparación con 2019, Márquez explicó que la visión que se tiene de uno mismo está frecuentemente condicionada por factores externos, como la moto o los ajustes técnicos: ‘Me veo bien, pero es muy relativo cómo te ves. Es que cambias la moto y la afinación a un piloto y dices ‘ahora me siento muy bien’, y a veces llegas a un circuito y la pilotaje no te sale’, afirmó. El piloto destacó además que, aunque se sienta en un nivel similar al de 2019, sus fuerzas se manifiestan de forma diferente.
‘No soy ni mejor ni peor, pero con puntos fuertes diferentes. En 2019 era pura velocidad, ahora tengo mucha más experiencia. Ya no te diré estrategia de carrera, porque puedes ser el más inteligente de la clase, pero si no tienes velocidad te conviertes en el más tonto. Teniendo velocidad, entonces de repente eres el más estratega, el más regular… eso es porque tienes ese punto’, dijo, evidenciando el equilibrio necesario entre rapidez e inteligencia en la competición.
El evento, que celebró los logros de Ducati, también sirvió como oportunidad para que Márquez reflexionara sobre el futuro. Sus declaraciones ofrecen una mirada íntima sobre la mentalidad de uno de los mayores pilotos de la actualidad, revelando cómo la madurez y la experiencia moldean el enfoque hacia el deporte, incluso cuando la confianza y el rendimiento varían a lo largo del tiempo.