Las peajes en Portugal se calculan actualmente en base a una clasificación que divide los vehículos en cuatro clases distintas. Esta división considera criterios como la altura vertical al primer eje y el peso total del vehículo. Sin embargo, la aplicación de esta clasificación ha generado controversia, sobre todo en lo que respecta a los motociclistas, que se ven equiparados a los automóviles ligeros en la tarifación, a pesar de causar un impacto significativamente menor en las vías.
Los motociclos, que integran la Clase 1 junto con los automóviles ligeros, están sujetos a la misma tarifa, aunque el desgaste que provocan en las carreteras y los costos asociados a su circulación son notoriamente inferiores. Esta situación ha sido considerada como una desigualdad que necesita corrección.
En 2018, la Asamblea de la República aprobó una recomendación para la creación de una clase de peajes específica para motociclos. Este nuevo escalón, propuesto en la Resolución n.º 21/2018, determinaba que los motociclos pagaran una tarifa correspondiente al 50% del valor aplicado a los vehículos de la Clase 1. Sin embargo, años después, esta medida aún no ha sido implementada, lo que motiva la indignación de los usuarios de motociclos y de varios sectores de la sociedad.
El Grupo Parlamentario del Partido Social Democrata (PSD) volvió a traer el tema a discusión. Para los diputados de este partido, la implementación de la nueva clase exclusiva para motociclos es una cuestión de justicia y proporcionalidad. Argumentan que esta medida no solo refleja el impacto reducido de los motociclos en las infraestructuras viales, sino que también contribuye a una mayor sostenibilidad y equidad en el sistema de peajes.
Los defensores de esta propuesta subrayan que la creación de la nueva clase debe ser negociada con las concesionarias que operan las infraestructuras viales existentes, de forma que se respeten los contratos en vigor. Sin embargo, para futuras concesiones, se propone la introducción inmediata de esta diferenciación tarifaria, incorporando desde el inicio la categoría propia para motocicletas.
Además, se sugiere que el cálculo de la tasa de peaje para esta nueva clase se base en estudios que evalúen los costos reales del mantenimiento de las vías asociadas a la circulación de motocicletas. De esta manera, se garantizaría una tarifación más justa, ajustada al impacto efectivo de estos vehículos.
Los motociclistas han estado expresando insatisfacción con la ausencia de medidas concretas, a pesar del reconocimiento político de su reivindicación. Este retraso en la implementación de la nueva clase se ve como un ejemplo de la inercia burocrática que frecuentemente impide cambios prácticos, incluso cuando son ampliamente reconocidos como necesarios y legítimos.
La concreción de esta propuesta podría representar un paso significativo en la modernización del sistema de peajes, haciéndolo más justo y ajustado a la realidad de los diferentes tipos de vehículos que utilizan las carreteras portuguesas. Para muchos, la creación de una clase propia para motocicletas no es solo una cuestión de ahorro, sino sobre todo de justicia.