La Concesión de Autopistas A Brisa (BCR) y el Instituto Superior de Ingeniería de Lisboa (ISEL) crearon el Living Lab para investigar materiales innovadores para pavimentos que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y aumenten la eficiencia en el uso de recursos naturales para la conservación de la red de autopistas.
En total, se han desarrollado seis pruebas piloto en una extensión de casi 10 kilómetros en la A3, la autopista que une Oporto con Valença, y en la A6, que une Marateca con Caia.
Entre los materiales aplicados destacan los plásticos reciclados y el caucho procedente de neumáticos al final de su vida útil, a través de una nueva tecnología inédita en Europa. Se trata de una solución innovadora que consiste en la completa integración del caucho reciclado de neumáticos al final de su vida útil en el asfalto, permitiendo la modificación de sus características físicas y químicas, aumentando la durabilidad y resistencia de los pavimentos, y promoviendo el uso de mezclas asfálticas recuperadas.
Estas pruebas permiten evaluar el uso de mezclas asfálticas recuperadas de pavimentos, en porcentajes del 20% y 30%, que por primera vez se utilizarán en capas de desgaste de autopistas nacionales. Otras pruebas se centran en el uso de grafeno, que tiene el potencial de aumentar la durabilidad de los pavimentos.
Las soluciones que se están probando permiten reducir la extracción de áridos de canteras, así como el consumo de asfalto proveniente de la destilación del petróleo, ya sea mediante el uso de mezclas bituminosas recuperadas, o mediante el uso de neumáticos al final de su vida útil o plásticos reciclados.
Estas pruebas buscan evaluar las posibilidades de reducir el impacto ambiental en la conservación de las autopistas, con una reducción potencial anual de 600 toneladas de CO2 a la atmósfera, equivalente a 23 mil viajes en automóvil entre Lisboa y Oporto, y una reducción de 19 mil toneladas de residuos, contribuyendo a la valorización de estos materiales y a la implementación de una economía cada vez más circular.
El Living Lab es un proyecto abierto a varios socios y proveedores, que ya cuenta con empresas colaboradoras como Cepsa, JRS Rettenmaier, Polyco e Iterchimica y proveedores como Sirplaste, Gabriel Couto, Mota Engil, Alves Ribeiro, Tecnovia. El objetivo de BCR e ISEL es ampliar el número de soluciones y socios que se adhieran a la iniciativa.