Jack Miller compartió una mezcla de humor y frustración después del Gran Premio de Francia. Durante el calentamiento, Miller se sintió tan cómodo en su KTM que bromeó que podría haber fumado un cigarrillo mientras pilotaba, si fuera fumador. Sin embargo, esta comodidad duró poco, ya que la carrera se desarrolló con desafíos imprevistos.
A pesar de un comienzo optimista, la carrera de Miller sufrió un giro inesperado debido a problemas de agarre y estabilidad. Luchó con un problema en el neumático delantero que volvió a aparecer durante la carrera, lo que finalmente causó un accidente en la vuelta 17. El incidente ocurrió en la curva 11, en la entrada de la sección “Garage Bleu”, donde la rueda delantera se bloqueó durante la frenada. Miller se mostró confundido con el accidente, ya que su enfoque se mantuvo consistente durante toda la carrera.
“El domingo por la mañana, todo parecía ir bien. Podía completar vueltas en 1’31 minutos con una facilidad desconcertante”, dijo Miller con un toque de ironía. “Francamente, estaba tan cómodo que podría haber fumado un cigarrillo mientras conducía, si fuera fumador”.
“En la carrera, la historia fue diferente. Sentí que no tenía agarre en absoluto. Los otros pilotos aceleraban sin problemas a la salida de las curvas y yo me estancaba”.
“Ya habíamos tenido problemas el sábado, por lo que optamos por el neumático delantero más duro el domingo. Todo parecía resuelto por la mañana, pero durante la carrera, el problema volvió a aparecer como si nada hubiera pasado”.
El accidente se sumó a una serie de resultados frustrantes esta temporada. Miller sigue decidido a resolver estos problemas y mejorar sus resultados en las próximas carreras.
En sus reflexiones después de la carrera, Miller destacó la necesidad de que su equipo encuentre soluciones a sus problemas de rendimiento persistentes. Con una temporada desafiante hasta ahora, el piloto australiano está enfocado en cambiar su suerte y lograr mejores resultados.