Harley-Davidson es uno de los fabricantes de motos más icónicos, y Europa es uno de sus mercados. Después de la guerra comercial iniciada en el primer mandato de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos de América, los impuestos se convirtieron en un problema.
Se impusieron tarifas del 25 por ciento para varios productos, y los fabricantes de motocicletas no escaparon. Harley-Davidson habría intentado eludir el problema con una medida que también reduce los costos de producción: trasladó parte de la producción a Tailandia. Al darse cuenta de la jugada, la Comisión Europea demandó a la empresa, en un caso que ahora se ha resuelto tras una apelación.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea aclaró los reglamentos y rechazó la alegación de Harley-Davidson, subrayando: ‘Si las pruebas indican que evitar las medidas de la UE fue un factor decisivo en la reubicación, corresponde al negocio demostrar lo contrario’.
En este caso, la instancia judicial considera que el fabricante americano ‘no logró proporcionar pruebas suficientes de que este cambio fue motivado principalmente por eficiencia económica en lugar de evitar regulaciones. Mientras que los negocios son libres de tomar decisiones para optimizar las operaciones, las reubicaciones temporalmente alineadas con medidas de la UE enfrentan un escrutinio adicional’.
El Tribunal entiende que asiste a la UE, considerando que las motos de Harley-Davidson producidas en Tailandia son, aun así, productos de EE. UU. sujetos a impuestos, teniendo en cuenta que la empresa es americana y no tailandesa.