Marco Bezzecchi fue tercer clasificado en el Mundial de MotoGP del año pasado, y comenzaba este año con expectativas en alta: tercer año en la categoría reina, con el mismo equipo (Pertamina Enduro VR46) y una moto teóricamente más fuerte.
No obstante, fueron varias las dificultades con la Ducati Desmosedici GP23, de la cual nunca logró extraer lo mejor. Terminó la temporada en 12.º, detrás de su compañero Fabio Di Giannantonio, y con solo un podio. Matteo Flamigni, jefe de mecánicos, explicó al sitio Motosan.es lo que sucedió:
– Comenzamos con expectativas más altas de lo que vimos durante la temporada. Digamos que la adherencia extra que el neumático trasero proporcionaba frustró un poco todos los esfuerzos que habíamos hecho para intentar mejorar. A Marco le faltaba esa facilidad de pilotaje que lo distinguía, había perdido lo que había sido su punto fuerte.
Sobre ese punto fuerte que Bezzecchi perdió, Flamigni mencionó: ‘La velocidad de entrada en curva. Hacía más difícil girar la moto, que tenía demasiada subviraje, por lo que para hacer bien las curvas tenía que frenar demasiado. Por eso, tuvimos que luchar con esta adherencia extra del neumático trasero, básicamente fue lo que nos penalizó durante toda la temporada. Menos en algunas carreras, pero ese seguía siendo el problema’.
Para el ingeniero italiano, el problema no fue la moto, sino el nuevo neumático: ‘Sinceramente, no tengo mucho que decir sobre la moto, en el sentido de que fue creada para mejorar la adherencia. Pero estos neumáticos hicieron que el conjunto perdiera rendimiento. Con los neumáticos de 2023, la GP23 rendía muy bien, Marco fue tercero en la prueba de Valencia. Por el contrario, con los neumáticos de 2024, se produjo esta situación y, a partir de ahí, tardó un poco, también porque se instaló una desmoralización general’.