Este viernes se anunció de manera algo sorprendente la renovación de Fabio Quartararo con Yamaha en MotoGP hasta 2026. Desde que debutó en la categoría reina en 2019, el piloto ha estado vinculado al fabricante de Iwata, pero había muchas dudas sobre su continuidad más allá de 2024.
En los últimos años, ha habido una marcada disminución en el rendimiento por parte de la moto japonesa, que actualmente es una de las menos competitivas del pelotón, al igual que Honda. Este año, ambos fabricantes tienen acceso al mayor nivel de concesiones posible en el nuevo sistema, pero hasta ahora los resultados no han mejorado.
Sin embargo, es un proceso que lleva su tiempo: el producto del trabajo que se está realizando de manera diferente aún tardará en verse. Y, por las declaraciones que ha venido haciendo en los últimos meses, Quartararo está contento con el cambio de enfoque y mentalidad de Yamaha.
Además de tener concesiones, el fabricante se acercó de cierta manera a la forma de trabajar europea. Contrató importantes técnicos europeos, como Max Bartolini (ex-Ducati) o Luca Marmorini (consultor y con experiencia como ingeniero de Ferrari en la Fórmula 1).
Con solo 24 años de edad, Quartararo puede permitirse dar este tiempo a Yamaha por ahora. Dejó atrás otras supuestas opciones que se habían especulado en las últimas semanas, como Aprilia o Ducati, que actualmente tienen motos considerablemente más competitivas que la Yamaha YZR-M1.
Esta renovación es, por lo tanto, también una muestra de confianza de El Diablo en el constructor japonés – a quien ahora le corresponde justificarlo para mantener a Quartararo satisfecho y, eventualmente, tener la oportunidad de renovar su contrato más allá de 2026. Los dados están echados. En los próximos meses, deberían existir indicadores sobre el progreso que Yamaha pueda o no lograr.