Jorge Lorenzo, en declaraciones para el podcast “The Wild Project”, habló sobre la preparación que tuvo para intentar ganar el campeonato del mundo de MotoGP contra Marc Márquez y lo que se necesita para ser un verdadero campeón.
– Bueno, con mucha preparación. Recuerdo Lugano en 2013, después de la llegada de Márquez, que venía muy fuerte. Sabía que tenía que apretar los tornillos si quería ganar, porque este tipo nos iba a superar. Así que, después de la carrera de Le Mans, agarré el teléfono y dije: “Papá, necesitas ayudarme”. Después de 3 o 4 años sin hablar con él, lo contraté y lo llevé a Lugano, junto con mi entrenador, vivimos los 3 en mi casa y trabajamos muy cerca, muy concentrados en el objetivo de ganar el Campeonato del Mundo de 2013. Mi padre siempre fue muy metódico, un entrenador ruso con carácter, lo odiábamos o lo adorábamos, sé que le gustaba ganar pero no lo demostraba. Pasaba horas y horas entrenando y estirando, solo media hora antes de dormir, todo era ‘repetir, repetir, repetir’. Era mi vida y empecé a ganar y a sumar puntos a Márquez y al final perdí por la clavícula y las lesiones. Ese fue el nivel de exigencia que tuve durante esos años.
Añadió además, sobre las opciones que tomaba en la pista y toda la planificación para cada carrera: ‘Tienes que ser un analista, un científico fuera del circuito, cuando estás en casa, y analizar todo y tratar de mejorar todo. Pero cuando estamos encima de la moto, tenemos que ser un artista y no pensar, es el instinto. Lo máximo que se puede hacer es pensar. Cuando cruzamos la meta y nos muestran en el tablero la distancia a la que estamos retrasados, pensamos “tengo que forzar un poco más” o “faltan siete vueltas”. El resto es ser un artista, es instinto total. Porque cuanto más se piensa, más lento se va’