La lubricación es una parte esencial del funcionamiento de las motos, ya sea en carretera o en competición. Por ello, requieren altos estándares de calidad para no comprometer los componentes.
Repsol es uno de los mayores fabricantes de lubricantes y periódicamente realiza pruebas de campo a sus productos, con el fin de validar los aceites en el mercado y las nuevas fórmulas. En 2024, la petrolera española inició una prueba de campo en colaboración con el Instituto CMT (Clean Mobility & Thermofluids) de la Universidad Politécnica de Valencia.
La institución de educación superior reclutó a 20 participantes, cuidando de garantizar una representación variada de modelos y cilindradas. Valencia fue la ciudad elegida debido al uso frecuente de motocicletas, por lo que la prueba se realizó en las condiciones de uso habituales.
Todos los participantes fueron a la misma taller, extrayéndose muestras del aceite usado antes del cambio bajo un protocolo específico. De este modo, fue posible evaluar el estado inicial de los motores y detectar posibles problemas. Se probaron varios aceites de las gamas Repsol Racing y Smarter, de fórmulas y viscosidades diversas.
Se tomó una muestra tras 20 minutos de funcionamiento del motor para obtener una referencia del nuevo aceite, y luego se recogieron otras dos muestras: una al inicio del verano tras cuatro meses de uso, y otra después del verano. Cada usuario también respondió a un cuestionario que permitió recoger información sobre la kilometración, período de cambio, posibles averías, entre otras.
El objetivo fue observar el comportamiento del aceite en cada motor y detectar eventuales anomalías. En la mayoría de las motos, los valores de viscosidad y desgaste cumplieron con los parámetros normales, pero hubo algunas variaciones – debido a factores ajenos al aceite, que ya habían sido detectados en las muestras iniciales.