La KTM tuvo una época de altibajos y Brad Binder fue muchas veces «la cara» de esta verdadera montaña rusa: a veces era muy rápido, otras no tanto, y para volver a ser más competitivo, la fabricante se vio casi obligada a realizar cambios más drásticos, que el piloto consideró como radicales… y que resultaron.
El piloto se quejó muchas veces durante la temporada sobre la vibración en la parte delantera de su moto, y si sufrió con algo de eso durante las pruebas, el sudafricano explicó: ‘No mucho para ser sincero, pero durante el fin de semana lo sentimos en algunas fases, es algo que va y viene y aparece cuando menos lo deseas’.
Ante su anterior afirmación, donde había dicho que era necesario un entendimiento diferente, el #33 explicó después: ‘Este año, por alguna razón, tuvimos que alterar el equilibrio, un poco, de nuestra moto, y siempre es difícil de entender, porque cuando estábamos ajustando cosas, en un momento en que cambiamos algo en la moto y no estábamos sintiendo mucha diferencia, tuvimos que hacer las cosas de una forma mucho más radical para sentir la diferencia’.
Binder explicó que hasta que hubo una mejora en los resultados y el rendimiento, hubo una fase más larga, pero que todo terminó compensando al final: ‘Eso ciertamente tomó algún tiempo, pero ahora al final de la temporada todo era más rápido y comenzó a tener más sentido’.