Andrea Iannone va a competir en el Campeonato Mundial de Superbike el próximo año y ya puede competir oficialmente nuevamente, después de cumplir la suspensión de cuatro años impuesta en 2019 debido a un controvertido caso de dopaje.
A lo largo de este período, el italiano nunca dejó de entrenar en pista al mando de motos de carretera, con el objetivo de regresar a la competición, lo cual finalmente ocurrirá en la próxima temporada.
La suspensión terminó oficialmente el pasado domingo y, en ese día, Iannone escribió en las redes sociales: ‘Después de cuatro años largos y difíciles, a partir de hoy estoy libre otra vez. ¡Buena suerte para mí!’.
En el WSBK, Iannone estará en un Ducati del equipo Go Eleven, que ya probó en noviembre en Jerez dejando una buena impresión. Desde el resultado positivo en la prueba de dopaje, el piloto siempre ha alegado que fue víctima de consumo de carne contaminada, lo cual no evitó la severa sanción de cuatro años de prohibición de competir.