El Campeonato Mundial Femenino de Velocidad tuvo un debut histórico pero dramático en el Circuito Mundial de Misano “Marco Simoncelli” con su carrera inaugural. Bajo un cielo despejado, se planearon doce vueltas competitivas, pero la carrera fue interrumpida debido a un grave accidente.
María Herrera tomó la delantera temprano, demostrando su experiencia en la pista. Ana Carrasco, otra piloto experimentada, la siguió de cerca, preparando el escenario para una feroz batalla. Sara Sánchez y Beatriz Neila se unieron a la lucha, formando un grupo dominante de cuatro pilotos españolas que rápidamente se distanciaron del resto del pelotón, con Roberta Ponziani liderando al grupo perseguidor.
En la quinta vuelta, la carrera vio una intensa acción entre las pilotos líderes, con numerosos adelantamientos y maniobras tácticas. Sin embargo, la competencia fue interrumpida abruptamente cuando Mia Rusthen cayó de su moto justo antes de la línea de meta en la séptima vuelta. La Yamaha R7 de Rusthen volcó violentamente, provocando una bandera roja y la asistencia médica inmediata.
El accidente resultó en que Mia Rusthen sufriera heridas graves, siendo trasladada a un hospital en Cesena con múltiples lesiones (“politraumatismo”). Mia Rusthen está en coma inducido y los médicos le realizaron una cirugía para aliviar la hinchazón cerebral y eliminar una hemorragia. Después de la cirugía, se informó que el estado de Rusthen era estable, con signos positivos del equipo médico en cuanto a su recuperación.