Hace un mes hablamos sobre los preparativos para este gran viaje, describimos un poco las características principales de un país único como Islandia y narramos los primeros 3 días de viaje. Ahora, vamos a la segunda parte de esta expedición, ¡con algunas notas al final!
Después de unos días de mucho viento pero ya con paisajes impresionantes, todos estábamos ansiosos por la segunda parte del viaje, y el día siguiente comenzó bien.
DÍA 4
Empezamos con una primera etapa de 170 km en tierra, donde tuvimos el privilegio de pasar entre dos glaciares.
Un viaje como este nos ofrece la exploración total de nuestros 5 sentidos. Si hasta ahora todo había sido sorprendente, es en este momento cuando se siente Islandia en su totalidad. ¡Difícil de describir! El primer sentido que se ve invadido es la vista. La mezcla del negro de la tierra, el verde de la pequeña vegetación y el blanco de la nieve, en una dimensión monstruosa, es digna de haber aparecido en cualquier escenario de la película El Señor de los Anillos. Al ser zonas inhóspitas, el sonido del silencio es ensordecedor y la audición se convierte en un canal directo a nuestros pensamientos.
Landmannalaugar era nuestro destino. Es una región termal que, debido a su difícil acceso, ha mantenido su belleza natural de forma intacta. En el centro, un camping organizado de un país de primer mundo ofreció las condiciones más que necesarias para una noche divertida.
Es aquí donde otros dos sentidos son invadidos sin autorización. La tierra huele a azufre, y en moto todo se siente de una manera más cercana, más real.
Aquí hay como un pequeño lago. De un lado brota un manantial de agua fría. En el extremo opuesto, un manantial de agua hirviendo. Y no, no es como en los Azores, unos 30 grados. Estamos hablando de aproximadamente 80ºC. Es un spa natural, donde las personas se mueven en busca de su temperatura ideal.
En este viaje contamos con la presencia del Chef y amigo Chakall. Aceite y chorizos en las maletas de las GS’s, huevos cocidos en el manantial volcánico y la magia del cocinero, salvan cualquier acampada.
Regresar a acampar no es para niños, requiere cierta resiliencia después de un día duro de todoterreno. Sin embargo, la dinámica de la cena nos hace olvidar todo. Fueron necesarios 15 portugueses y 15 minutos para que una tienda tranquila se convirtiera en un lugar de compartir y degustar quesos y aguardiente entre todos los extranjeros presentes.
DÍA 5
Si todo parecía perfecto, la salida de Landmannalaugar requirió trabajo. Y si aparentemente estábamos en una serie de Netflix, donde los escenarios eran contemplados, en este día entramos dentro de ellos. Fueron muchos kilómetros en tierra, 30 de los cuales con más de 25 pasos de agua. Bendito equipamiento seas… Amén. Unos se quedan, otros pasan, unos siguen, otros ayudan, unos quedan empapados como pollitos, unos dicen groserías, otros filman. La buena disposición perduró durante estos kilómetros difíciles. Pero son estos momentos los que quedan en la memoria.
Curiosidad: Islandia, si no me falla la memoria, tiene 52 volcanes activos. En este día recibimos la noticia impactante de que uno de ellos había entrado en erupción. En nuestra mente ingenua pensamos que íbamos a quedar atrapados en Islandia. ¡Qué sorpresa descubrir que es algo común y a nadie le importa! En lugar de huir, la gente hace peregrinaciones para ver el espectáculo natural y llegan a la “locura” de llevar parrillas y asar unos buenos filetes en la lava. Además, los fanáticos de los volcanes agotan los aviones, contratan pequeñas avionetas y helicópteros y levantan drones para ver el “fuego artificial”.
Después de descansar un poco de los fuertes vientos, nos dirigimos a la playa Reynisfjara donde volvimos a ver que el flujo de lava no se produce al azar y hace que los acantilados rocosos parezcan construcciones de lego.
De regreso a la carretera, nos dirigimos a la laguna azul. El camino fue duro y volvimos a enfrentarnos a vientos muy fuertes. Aquí la técnica es ajustar las motos al viento con inclinaciones de casi 45º.
El objetivo era claro y bastante agradable. La Laguna Azul es un balneario que fue nombrado por National Geographic como una de las 25 maravillas/experiencias del mundo. Es una mega piscina, con agua caliente de color casi blanco. Dicen que salimos más bellos después de esas aguas y esas máscaras nutritivas en la cara. En el centro, un bar que ofrece cócteles y después de un baño, una cena que parecía un manjar de los dioses.
Estas paragens em sítios de lazer fazem parte da nossa filosofia de viagem e são fundamentais para ganhar força para mais uns quilómetros. No fundo são momentos de partilha do grupo, e um resumo das estórias do dia onde se soltam umas gargalhadas com as aventuras e desventuras de todos.
DIA 6
De volta a Reikyavik, foi dia de picar uns pontos que faltavam à volta da cidade. Para além das mil e umas cascatas foi hora de me “dividir”. Se em São Tomé já tinha estado com um pé no hemisfério norte e outro no sul, desta vez tive um pé na placa tectónica Euroasiática e outro na Norte Americana, visto na forma da fenda meso atlântica.
Para terminar com chave de ouro – o “Geysir”. A “poça” grande que respira durante 3min e cospe água a uma altura de um prédio de 5 andares. Transmite-nos uma sensação de pequenez, e de que esta panela de pressão chamada terra tem um pipos de alívio de pressão interna.
Todas as viagens têm uma intenção, e acima de tudo, uma aprendizagem. Cada um tira a sua lição. As minhas foram:
- Pela sua dimensão, relembrou-me que sou ridiculamente pequena neste planeta e a minha importância no mundo é mesmo nenhuma.
- Este bola onde vivemos está mais viva que nunca e é passível de acabar de uma dia para outro.
- A importância das coisas é apenas a que lhe queremos dar, e para a próxima que vir um vulcão em erupção organizo um barbecue e chamo os amigos.
- Repensar sempre antes de comer Mcdonald’s. Na Islândia não há McDonald’s, e o último exemplar está intacto há 12 anos, sem conservantes, num museu.
- As BMW não são perfeitas em nada mas são as melhores motos neste tipo de viagem. A polivalência, com o conforto, o desempenho em estrada e fora dela são fenomenais. Para além disso, vem com um Deus (eletrónica) incluído que nos salva a todas as horas.
- Viajar é o maior “mar de cultura” que podemos dar aos nossos filhos. E também a única coisa que levamos para a cova.
- En mi caso específico, aquí dejo una palabra de motivación para todos y todas. Tengo 1,68 de altura y 50 Kg. Empecé a hacer este tipo de viajes hace poco tiempo. Con una moto y la formación adecuada, cualquiera puede hacerlo. Si tienes esa chispa dentro de ti, ¡arranca porque lo único que te falta es coraje!