Es con cierta curiosidad que Maverick Viñales parte para otra ronda del MotoGP, esta vez con el regreso a Losail. Además de mostrar deseo de entender cuán más rápido puede ser, el español también habló sobre el intenso calendario y admitió no estar feliz.
El piloto de Aprilia Racing comenzó analizando el fin de semana que le espera: ‘Estoy emocionado por trabajar, forzar al máximo y eso es claro, y por entender cada vez más cosas especialmente porque son las dos últimas carreras y siempre quieres ayudar y obtener información. Estoy curioso por ver cuánto podemos mejorar en comparación con el año pasado’.
Preguntado sobre cómo reaccionará la RS-GP al asfalto: ‘No sé, será una lotería. No sé si los demás ya han estado en la pista, con motos de calle o no, pero lo que veo en la televisión es que la pista está muy sucia, tendremos que ver. Los primeros días serán para limpiar la pista, al menos eso es lo que entiendo. Será difícil en términos de configuración y no será fácil acertar todo, pero al final son 18 carreras y por eso la moto ya está configurada y debemos centrarnos en el trabajo (principal), que son los neumáticos’.
Sobre el apretado calendario y el hecho de tener que viajar mucho, Viñales fue claro: ‘No estoy feliz porque tenemos familias, pero ¿para esto nos pagan, no? Para mí viajar… al final el jetlag… Vas a Malasia, Australia, es mucho para mí al final del día, este es nuestro trabajo y debemos hacerlo de la mejor manera. Para mí, con la Sprint es muy duro, y carrera tras carrera se está volviendo más difícil. Veremos el próximo año. Tal vez este haya sido un entrenamiento y el próximo sea mejor. Veremos’.