No es ningún misterio que uno de los puntos centrales de investigación en el sector de la movilidad eléctrica son las baterías. Son varias e importantes las cuestiones que se plantean en torno a las baterías: su peso, su costo, la tecnología subyacente, su capacidad, la velocidad de carga, la autonomía/capacidad y, por último pero no menos importante, el desgaste, es decir, el curso normal de los ciclos de carga y descarga que hacen que la batería tenga cada vez menos rendimiento, reduciendo su capacidad real.
Es precisamente en este frente donde los constructores están concentrando sus esfuerzos, con la creación de asociaciones para la normalización de las baterías que permiten, al menos, que los vehículos citadinos eliminen algunos de los aspectos menos agradables de la movilidad eléctrica de antemano; de hecho, debido a las baterías denominadas “reemplazables” (es decir, intercambiables y reemplazables en tiempo real por otra batería del mismo tipo en estaciones de intercambio especiales), la pausa de carga más o menos prolongada se sustituye por los pocos segundos necesarios para quitar la batería gastada e insertar la nueva que estará cargada al 100%.
La batería intercambiable y normalizada aún puede tener otra ventaja no despreciable: si se reemplaza periódicamente o se deposita de vez en cuando en una estación de intercambio que se encargue de verificar su eficacia, puede eliminar de raíz el riesgo de que el usuario se encuentre, con el tiempo, con una batería que ya no está en buen estado y que ya no es capaz de asegurar la capacidad de diseño y la autonomía nominal. Esta cuestión no es en absoluto secundaria, sobre todo si tenemos en cuenta que estas baterías pueden ser muy caras para el usuario. Desde esta perspectiva, el usuario ya no posee la batería, sino que “compra” su uso.
La aproximación que Kymco ha estado mostrando desde 2018 y que se reiterará en su evolución durante EICMA 2023 en relación a su marca eléctrica Ionex, también aborda estas cuestiones: la batería “bien” se convierte en “servicio” y nace todo un ecosistema. La Solución Ionex Battery-as-a-Service para Empresas de Energía es, de hecho, solo uno de los tres pilares de la estrategia de Kymco en relación a la movilidad eléctrica, que se acompaña de la Unidad de Medición de Baterías Ionex para Fabricantes de Vehículos Eléctricos y la Estación de Energía Ionex para Operadores de Red de Intercambio de Baterías.
En resumen, con el ecosistema Ionex, Kymco se propone ser un interlocutor de todos los actores involucrados en la movilidad eléctrica individual, buscando responder a todos los desafíos en el frente de la batería que mencionamos al principio: Por un lado, los usuarios y los operadores de la red tienen las Estaciones Ionex, donde pueden realizar el intercambio de baterías de los vehículos, por otro lado, están las empresas que podrán ofrecer la batería como un servicio y, en el otro vértice de este triángulo, encontramos la Unidad de Medición de Baterías, que es un módulo electrónico estandarizado para facilitar la integración de las baterías Ionex en cualquier proyecto de vehículo eléctrico. En este sentido, es sintomático lo que Karim Donnez, CEO de LiveWire (que desde hace mucho tiempo tiene una asociación con Kymco sobre el tema eléctrico), comentó en un comunicado: “La BMU de Ionex permite que los fabricantes de vehículos eléctricos satisfagan las expectativas de los clientes para la “era eléctrica”, enfatizando probablemente el hecho de que esta normalización permite ahorros considerable que se pueden traducir en listas de precios accesibles.