En 1999, Álex Crivillé inició la era dorada del motociclismo español al coronarse campeón del mundo de 500cc, que en ese momento era la categoría principal. Logró varias victorias y podios a lo largo de la temporada, con el título asegurado en la penúltima ronda, que disputó con una lesión pero aún así logró terminar en sexto lugar en Río de Janeiro.
El antiguo piloto le dijo a la revista Motorbike Magazine lo que guarda en su memoria del año de la conquista: ‘Las carreras, la concentración, la carrera en Río que tenía que terminar y competí con la muñeca fracturada. Ese final de temporada fue duro, pero al mismo tiempo fácil, porque era accesible terminar entre los diez primeros. Y así lo hicimos. Y luego las victorias en casa que siempre me gustaron, la de Jerez y la de Barcelona también’.
Además de la competencia en sí, Crivillé también recordó a su padre durante 1999: ‘Pensaba en mi padre, que falleció en 1998 y yo gané en 1999, por lo que no pudo celebrar ese título. Creo que le habría gustado mucho verme coronado como campeón del mundo, porque sufría mucho. Nunca veía las carreras’