Fueron necesarias solo algunas temporadas en el Campeonato del Mundo de MotoGP en la clase reina con la Suzuki RGV Gamma 500, de 1986 a 95, para conquistar los corazones de un número ilimitado de fanáticos en todo el mundo. Kevin Schwantz, gracias a un estilo de conducción a menudo sin prejuicios, siempre espectacular y un carisma particular, incluso cuando no llevaba casco, logró incursionar no solo entre los fanáticos de Suzuki, con quienes Kevin mantuvo relaciones constantes y cercanas, sino en general entre todos los amantes de las motocicletas deportivas y no solo.
Con esta historia detrás de él, nunca faltaron expresiones estéticas capaces de recordar la fantástica unión entre Kevin y Suzuki; la que se ve en estas imágenes es solo la más reciente de ellas, pero ciertamente no será la última.
Fabricada sobre una base Suzuki GSX-8S, recuerda al patrocinador histórico de la época, más precisamente las dos temporadas, 1988 y 1989, en las que Kevin Schwantz hizo que el público se enamorara definitivamente de él. No se trata de una operación de nostalgia trivial, sino de una preparación realizada por el mayor concesionario británico de Suzuki con una serie limitada.
Para esto, todas las piezas de la superestructura se hicieron en blanco, incluidas las ruedas, y se crearon gráficos específicos con logotipos y patrocinadores de la época. El resto lo hace la base de la GSX-8S, con su motor de dos cilindros de 83 CV, electrónica completa y suspensión Kayaba de calidad comprobada.
¿Qué falta? El precio; el distribuidor británico Crescent Motorcycles aún no ha revelado cuánto deberá pagar para llevar a casa una de las máquinas GSX-8S de Kevin Schwantz.