La Montesa Cota 247 de 1975 es una verdadera reliquia de una era dorada en el motociclismo, cuando el trial comenzaba a consolidarse como una categoría destacada. Este modelo español, producido por Montesa, se convirtió en sinónimo de resistencia, elegancia y rendimiento técnico, características que aún hoy encantan a coleccionistas y entusiastas.
El Origen de la Cota 247
Lanzada inicialmente en 1968, la Montesa Cota 247 surgió en un momento estratégico para la marca. Montesa, fundada en 1944 en Barcelona, buscaba expandir su presencia internacional y conquistar el emergente mercado de motos de trial. El proyecto de la 247 contó con la colaboración de ingenieros experimentados, incluyendo a Pedro Permanyer y Francisco Xavier Bultó (cofundadores de Montesa).
El modelo rápidamente se destacó por su robustez y simplicidad, características fundamentales para el trial, donde el equilibrio y la habilidad del piloto son llevados al límite. En 1975, la moto pasó por actualizaciones significativas, incluyendo mejoras en el motor y ajustes en el diseño, reforzando su posición como referencia en el segmento.
Características Técnicas
La Montesa Cota 247 de 1975 está equipada con un motor monocilíndrico de dos tiempos de 247 cm³, alimentado por un carburador Amal. Esta configuración generaba potencia suficiente para superar obstáculos complejos, manteniendo un peso relativamente ligero – alrededor de 90 kg –, lo que era esencial para la práctica del trial.
Chasis tubular de acero garantizó la rigidez necesaria para enfrentar terrenos accidentados, mientras que el diseño compacto y minimalista facilitaba el control en situaciones técnicas. El depósito de combustible, con capacidad para alrededor de 6 litros, presentaba líneas armoniosas que contribuían a la estética marcada de la moto.
Desempeño y Legado
En las competiciones, la Cota 247 se reveló como una verdadera máquina de superación. La combinación de su ligereza con la respuesta ágil del motor permitía a los pilotos superar subidas empinadas, terrenos rocosos y otros desafíos característicos del trial.
La versión de 1975 también trajo refinamientos ergonómicos, como un asiento más estrecho y un manillar ajustado, que proporcionaban mayor confort y control. Estos detalles ayudaron a consolidar a Montesa como una de las marcas de elección entre pilotos profesionales y aficionados.
A pesar de su edad, la Montesa Cota 247 sigue fascinando a los amantes de las dos ruedas. Modelos bien conservados son altamente valorados en el mercado de coleccionistas, no solo por su historia, sino también por la contribución que dieron al desarrollo del motociclismo de trial.
Fuente: carandclassic