La KTM atraviesa un período turbulento. Las ventas registran una caída pronunciada, la imagen pública de la empresa se encuentra debilitada tras las declaraciones controvertidas sobre los problemas con los árboles de levas y las subsiguientes rectificaciones, y el liderazgo de la empresa parece estar desorientado. Pierer, la empresa matriz de KTM, incluso ha tomado medidas drásticas contra el consejo de administración del grupo, algo inusual en el mundo empresarial, donde rara vez se cuestiona la posición de un ejecutivo.
Más preocupante aún para el futuro de la empresa es la aparente incomprensión de los decisores de KTM respecto a las necesidades del mercado. La empresa persiste en su estrategia habitual de desarrollar y tratar de vender motos costosas, con resultados poco alentadores. El reciente lanzamiento de la 1390 Super Adventure S (Evo) antes de la nueva serie 390 Adventure es un ejemplo de ello. Hablamos de una moto con un alto valor de 25.000€ (según RideApart) que solo algunos privilegiados pueden comprar o desean, en comparación con un modelo de 7.500€ (según la misma fuente) que probablemente ha sostenido a la empresa.
Es innegable que la nueva 1390 Super Adventure S Evo presenta características interesantes: es una moto tecnológicamente avanzada, posee una potencia impresionante y fue diseñada para cruzar continentes rápidamente. Su versatilidad le permite un buen desempeño tanto en carretera como en pista o, con neumáticos adecuados, en todo terreno. Sin embargo, estas cualidades, unidas a un precio previsiblemente elevado, difícilmente resultarán en ventas significativas. En un momento en que las ventas de KTM ya enfrentan dificultades, dar prioridad a la 1390 en detrimento de la futura serie 390 resulta ser una decisión… cuestionable.
Aunque los modelos de alta potencia tienen su atractivo, su uso diario es limitado. La potencia disponible en estas motos de gran cilindrada es claramente excesiva para desplazamientos cotidianos o incluso para recorridos en carreteras sinuosas.
Actualmente, las marcas exitosas son aquellas que apuestan por motos de baja cilindrada y precios accesibles, como ha sucedido con Triumph, Royal Enfield, Bajaj y CFMoto – estas dos últimas fabricantes de parte de la gama KTM – superan las expectativas y registran ventas sin precedentes. Las razones son esencialmente dos: precio y practicidad.
Además, los potenciales compradores con capacidad financiera para adquirir estas máquinas se encuentran en un rango de edad en el que ya no buscan comportamientos más radicales. Estos consumidores no necesitan motos con más de 200 caballos de potencia, prefiriendo modelos más equilibrados y divertidos de media o baja cilindrada.
Es en este contexto que el calendario de lanzamientos de KTM revela su desajuste al mercado o al menos aparente desinterés por la realidad, quizás, sea incluso «solo» una estrategia… ¿equivocada?! La mayoría de los nuevos motociclistas – el futuro de la base de clientes de KTM – busca motos accesibles, fáciles de conducir y con potencial de evolución. Prefieren modelos estables, sin tecnología innecesaria y, sobre todo, con precios asequibles.
Esta tendencia se extiende a otros segmentos de motociclistas que, ante las altas tasas de interés, salarios estancados e incertidumbre política, optan por posponer grandes inversiones. Las dificultades que enfrentan Polaris y Harley-Davidson son un ejemplo de ello.
La KTM deberá presentar la nueva serie 390 en el EICMA en los próximos días, por lo que habría sido posible invertir el orden de los lanzamientos de la 1390 y la 390. Tal demostraría una mejor comprensión del futuro del mercado, privilegiando motos más pequeñas y accesibles que podrían atraer nuevos clientes fieles a la marca. Los números de ventas de los modelos de menor cilindrada de la KTM ciertamente justificarían esta estrategia.
No obstante, la empresa persiste en una estrategia que evidentemente no funciona, aferrándose a la idea anticuada de que su fuerte son las motos de gran cilindrada. Esta visión limitada sugiere que la KTM difícilmente reconocerá el error a tiempo de darle a la serie 390 el destaque que merece en las próximas semanas. Las redes sociales y foros especializados demuestran claramente mayor interés por la aún no lanzada 390 que por el nuevo modelo de gran cilindrada.
Existe, sin embargo, una posible luz al final del túnel. Con las dificultades actuales de la empresa matriz de la KTM, podría surgir una oportunidad para que Bajaj adquiera una posición de control. Esta empresa, que ha presentado excelentes resultados enfocándose en las motos que el mercado demanda, podría, dada su asociación con la KTM, reorientar la marca en dificultades, a semejanza de lo que ocurrió con Royal Enfield y Triumph.