Las soluciones de movilidad basadas en hidrógeno son una de las áreas en las que Kawasaki está trabajando, como muestra, por ejemplo, la H2 SX SE, cuyo prototipo fue exhibido en público por primera vez en julio durante las 8 Horas de Suzuka.
El constructor japonés ha presentado ahora una nueva patente que propone un concepto diseñado específicamente para combinar depósitos de hidrógeno con un motor de combustión interna, mitigando problemas de integración. Hay cuatro soluciones para tres tipos de motocicletas: una moto deportiva, un scooter y un triciclo.
Por motivos técnicos, se espera que la moto utilice inducción forzada, ya que es necesario que haya suficiente hidrógeno y aire llegando a los cilindros para garantizar un buen rendimiento, y también inyección de combustible directa.
La patente relativa a una moto deportiva propone la instalación horizontal del motor, con los cilindros apuntando hacia adelante, la entrada de aire por encima de estos y el escape por debajo. En el espacio disponible donde normalmente se encuentra el depósito de combustible, es posible instalar los depósitos de hidrógeno, con dos cilindros montados verticalmente sobre el motor.
En cuanto al scooter, el motor está montado más atrás, debajo del asiento, con los cilindros inclinados de manera convencional. En la primera idea, los depósitos de hidrógeno se encuentran dentro de la carrocería frontal en una posición casi lateral, uno a cada lado de las rodillas del conductor. En el segundo diseño, los depósitos también quedan verticales, pero uno delante del otro entre las piernas del conductor, lo que elimina parte del carácter de un scooter.
No que respecta al triciclo, el motor está posicionado como habitualmente entre las piernas del conductor, mientras que los cilindros están inclinados a unos 45 grados. Los depósitos de hidrógeno están montados en la parte delantera, en posición horizontal entre las dos ruedas frontales… en un concepto en el que la dirección no se opera con un manillar, sino con un volante.