Iryna Nadieieva está lejos de ser una de las pilotos más conocidas en el panorama del motociclismo internacional, pero sin duda tiene una de las historias más inspiradoras del nuevo Mundial de Motociclismo Femenino (WorldWCR).
Con 29 años de edad, solo comenzó a competir hace cuatro años, cuando decidió comprar una Yamaha FZ8 junto con un amigo. Hasta entonces, nunca había estado siquiera en una moto, pero quedó inmediatamente cautivada: ‘Las motos me dieron las mejores sensaciones que jamás haya tenido en la vida. Nunca olvidaré mi primera vez en una moto y nunca olvidaré mi primera carrera‘, dijo al departamento de prensa del WorldWCR.
Pero como comenzó a competir solo a los 25 años, y en un país con poca tradición como Ucrania, la tarea no fue fácil. Nadieieva (MPS.RT) encontró un buen entrenador en Kyiv, pero la única pista convencional fue construida en 1973 sin haber sido renovada nunca. Así que terminó entrenando en pistas de karts. Comenzó en el Campeonato Ucraniano de Superbike en 2020… con una caída y un podio en la ronda de debut. Y al año siguiente, quedó segunda en la clasificación general de la clase STK600 (mejor mujer). Luego, se mudó a España y a la Yamaha Cup Española, con victorias, pero también algunos fracasos.
Los desafíos fueron muchos, no limitándose a las condiciones precarias en Ucrania. Tuvo que desafiar los estereotipos del país debido a los peligros del motociclismo, que allí sigue siendo visto como un deporte prácticamente reservado para hombres. Y aunque ahora cuenta con el apoyo de su familia, Nadieiva admitió que no siempre fue así: ‘Inicialmente, mi familia veía muy mal mi pasatiempo. Mi madre lloró mucho. Me tomó dos años mostrar a quienes me rodean que es un deporte interesante que requiere mucho trabajo y profesionalismo. Que las mujeres pueden ser rápidas. Que tiene que ver con disciplina y fuerza de voluntad’.
Encontrar equipo adecuado, desde los muelles de suspensión hasta un traje de competición, también es complicado para la piloto ucraniana. Lo cierto es que ha llegado a la cima del motociclismo de velocidad femenino, sueña con llegar aún más lejos y tener un impacto en el motociclismo en Ucrania: ‘Quiero mostrar lo hermoso que es este deporte. Espero que las carreras se desarrollen en Ucrania, que se construya la infraestructura y que muchos niños y niñas puedan tener una buena base de entrenamiento para rendir bien en la competencia. Por supuesto, estoy muy orgullosa de representar a Ucrania. Las personas en Ucrania son muy persistentes y trabajadoras. Sabemos cómo no rendirnos y llegar hasta el final. Intentaré ser digna de mi país’, dijo.